IT'S QUIET || MEGAN

IT'S QUIET
PLAYA MEGAN 10:30 A. M.

Era una mañana bastante tranquila, desde muy temprano había salido a hacer las compras para su departamento acompañada de Goldie, aunque pasaba la mayor parte de su tiempo en la Sororidad, también había momentos en los que tanto ella y Baltho pasaban su tiempo allí, el enseñándole como cocinar y mejorar sus técnicas o ella sola con su perro disfrutando de su sitio. Llego a Sigma solo para tomar unas cosas de su habitación y tenia muchas ganas de ir a la playa, tenia la esperanza de que Chelsea estuviera allí y asi poder invitarla a ir, pero cuando llego, no se encontraba.

Vistió su traje de baño y preparo las cosas de su perra, tomo el auto y se marcho hacia la playa, seria un momento para regalarse si misma, tomo aquel libro que su madre le había regalado en su cumpleaños entre las cosas para ir a la playa. No tardo mucho en llegar al sitio y acomodarse en aquel sitio que tanto peleaba para si misma. Goldie se divertía mucho corriendo por la arena y tratando de meterse al mar, pero la pobrecita le daba miedo y retrocedía un poco cuando el mar se acercaba a ella.

Anna se sentó en la arena y tomo el libro para comenzar a leer y de vez en cuando quitaba la mirada de su lectura para observar a su cachorro quien se divertía jugando, de pronto se quedo bastante interesada en su lectura que no podía quitar la vista, hasta que escucho a Goldie bastante lejos de ella, se levanto rápidamente para ir tras ella —Goldie… Ven acá mami— le grito al ver como se acercaba a una persona que venia con un cachorro.

A pesar de que para todos los estudiantes de MU, las vacaciones eran lo mejor del mundo, para mi no lo eran tanto. Me había pasado de todo en aquel último tiempo.

La sorpresa que había tenido con Balthasar en las olimpiadas no era absolutamente nada a comparación de la tormenta que había sufrido luego de eso.

Tan solo habían pasado dos días desde las olimpiadas cuando ella, mi mamá, falleció. Aquel día se cumplía exactamente un mes de su muerte y eso se sentía mucho en mi corazón y en mi mente.

Suspiré mirando las fotos de mamá por última vez y dejando las mismas nuevamente en la caja. Tomé mis antidepresivos y demás medicamentos para luego ponerle la correa a Bella y salir hacia la playa.

La psiquiatra me había recomendado hacer actividades al aire libre y cosas que me despejaran la cabeza cuando estaba triste, como en aquel momento.

La playa era mi lugar favorito en el mundo, aparte de París. Me relajaba y el sonido de las olas era bastante relajante.

Solté a Bella y enseguida me arrepentí de aquello. Salió disparada hacia otro perro que andaba por la zona y que también venía hacia ella. Una vez que llegué al punto donde ambos canes se encontraron tomé a Bella riendo. -Eres toda una perrita sociable- Dije sonriendo hasta que vislumbré bien de cerca a la que suponía, era la dueña de aquel animalito. -Descuida, están bien ambos- Le dije a la Sigma sonriendo de lado mientras le hacía cariño a ambos perros.

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Se preocupo mucho cuando Goldie corrió en dirección de otro animal, estaba acostumbrado a estar rodeado de gatos, zorros y el perro con el que mejor se llevaba era Zaria, por lo que no estaba muy segura de cómo es que iba a reaccionar ante aquel cachorro en la playa – por favor mami, ven aquí – llamo a su cachorra que estaba más interesada en ir tras aquel cachorro que en hacer caso de las palabras de la morena, por lo que ella se apresuró para llegar cerca de ella y evitar alguna pelea de perros, si es que se daba.

Noto como la dueña del otro cachorro lo había tomado en sus brazos, que seguramente había pensado lo mismo que la morena, de que podrían pelearse, pero no fue así. Tomo a Goldie entre sus brazos y comenzó a retorcerse pues quería saludar al otro perrito, fue entonces cuando se dio cuenta de que conocía a la chica, Megan. Se habían conocido en las olimpiadas, le regalo una dulce sonrisa – Normalmente Goldie es muy linda, pero convive más con gatos y una sola perrita, así que temía de su reacción con un cachorro desconocido – comento con rapidez y acerco su mano para intentar acariciar el cachorro contrario, solo espero una seña por parte de Megan para poder hacerlo.

– Que gusto volver a verte … ¿ Megan?.. – tenía muy buena memoria pero solo quería asegurarse de que si era así, no sería la primera vez que alguien se molestara porque olvidaba su nombre .

Mi primer encuentro con la morena no había sido de lo más agradable para ser sincera. Pero la verdad es que no podía culparla de nada. Mi enojo del día de las olimpiadas había ido a parar hacia cierto lobo en especial, no hacia ella. Aunque para ser honesta, teniendo en cuenta el estado en el que nos encontrábamos todos los dragones en las olimpiadas y el hecho de que descubrí lo de Balthasar y Anna, no hubiera sido malo en absoluto olvidar ese día.

-Puedes estar tranquila, estoy en Little Paws así que se lidiar bastante con pequeños traviesos- Digo sonriendo y asiento de manera leve para darle a entender a la Sigma que puede acercarse a Bella. -Mi Bella es muy simpática, y si, la perra de Baltho también es un amor- Agregué recordando a la perra del ruso, la cual hacía un tiempo ya que no veía. Pues suponía que se refería a ella al mencionar a aquella "sola perrita".

-Así es, Anna- Dije con un guiño. Yo nunca podría olvidar el nombre de la morena dadas las circunstancias en las que la había conocido. -La verdad es que si, es un gusto ver a alguien que no sea lobo o dragón- Reí leve. Vivía en FJF incluso en vacaciones y Lambda era como mi segunda casa.

Me daba gusto ver que ella reaccionaba tan bien conmigo luego del día en que nos conocimos. Yo no solía guardar rencor por nada y me gustaba ver a mis amigos felices. El hecho de que ella tampoco parecía guardarme rencor, me alegraba. - Y, ¿qué te trae por aquí? ¿Paseo de rutina?- Pregunté curiosa mientras observaba como Bella y Goldie jugueteaban entre ellas.

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Decidió dejar que Goldie se acercara a la perrita, su reacción había sido tierna y de lo más normal, claro que ahora ella parecía como una madre con ella por su actuar, siendo que con Zaria, su rol era más de niña pequeña. – Little paw es un templo para las mascotas, fue de los primeros sitios que visite cuando llegue aquí y fue donde me enamore de esta preciosura– y entonces dejo de preocuparse por lo que su mascota pudiera hacer y enfocarse en aquella charla casual. – Goldie se vuelve loca con Zaria, ambas son tan obedientes y dulces que jurarías que son madre eh hija– sonríe y se percata de que ella conocía bien a Zaria.

No tenía celos del pasado de Balthasar, solo le resultaba extraño hablar cosas aunque fuera de su mascota con otra persona que no era de su ámbito regular ( de ella) – No quiero que pienses que olvide tu nombre es solo... a veces no confió en eso, termino cambiando nombres cuando solo compartimos unas cuantas palabras como lo hicimos aquella vez– y es que no había habido más contacto desde entonces. – pues tendrás que agregar una Sigma en tu lista, porque si vas tan seguido a Lambda como me cuentan, me veras en más de una ocasión– No, no estaba marcando territorio, no estaba haciendo ningún número, solo le intentaba decir que ella también pasaría tiempo por la fraternidad hermana.

– Me gusta venir aquí después de pasar mucho tiempo en la fraternidad, amo a las chicas pero estoy acostumbrada a estar sola, así que me gusta robarme estos momentos para leer un poco, ver como Goldie sale a correr y estirarse un poco y también para nadar, cosa que no he hecho. ¿Tu sales a hacer esto normalmente? – pregunto al darse cuenta que le había dado rienda suelta a sus labios.

Yo sabía muy bien que Anna no era una mala chica, y eso me alegraba mucho. Muy dentro mío sabía bien que Balthasar merecía mucho más de lo que en ese momento yo le podía dar. Aunque por otro lado, a veces creía que solamente yo me había hecho la cabeza y que a él le importaba un bledo.

Pero, volviendo al punto, siempre que quería saber si una persona era "buena" o "mala", observaba el trato que tenía con los animales. Sin duda alguna, la Sigma era encantadora con los mismos. -Si, la verdad es que a mi me hace muy feliz ser voluntaria con ellos. Elodie hace un trabajo maravilloso- Le respondí a la morena muy orgullosa de formar parte de LP. -Si, Zaria es increíble. Se nota que fue educada por Balthasar. Es muy obediente y se porta bien la verdad- Le dije sonriendo aunque no estaba segura de si ella estaba tomando bien el hecho de que hablara de Zaria.

-Si, yo por lo general tengo buena memoria pero a veces también se me van los nombres, descuida-
Una vez que le comenté el hecho de que me alegraba ver a personas de otra fraternidad, Anna respondió y no pude evitar realizar la pregunta. -Yo...em... disculpa, no puedo evitar preguntártelo porque lo cierto es que no te conozco mucho como para interpretar eso. ¿Pero se supone que debo tomar tus palabras como una especie de... advertencia, celos o algo por el estilo? Porque no me molestaría verte por Lambda, al contrario- La observé un poco confundida. No conocía a la chica como para saber si era celosa o no y si sus palabras iban en buenos términos.

Luego de aclarar las cosas, proseguí sonriendo. Anna me estaba agradando mucho. -Yo amo nadar, me gusta meterme al mar a saltar las olas y demás. Podría estar todo el día en el agua- De repente me quedé pensativa y negué con su pregunta con una sonrisa de lado, estaba algo triste. -No...la verdad es que hacía mucho no salía...-

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No era de dejarse llevar, sabía que en la vida había muchas versiones, la tuya, la de él, la del mundo en general y normalmente la única que no se escuchaba era la propia, pero Anna había aprendido lo importante que era aquello, escucharse a uno misma y sobre todo no hacer caso de las cosas que se decían, pues en vez de beneficiarte lo que hacían era perjudicarte. – Creo que de no ser porque cuando veo sangre me paralizo, hubiera sido veterinaria, adoro a los animales en general, los gatos me causan un poco de miedo y creo que al final del día solo pretenden dominar el mundo que me causan ese miedo extraño – confeso con rapidez y recordó que en Sigma la gran mayoría de las chicas era más de gatos.

– Si, obviamente se tenía que parecer a su dueño –Zaria era una gran mascota y Goldie le encantaba seguirla, hacia lo mismo que ella y agradecía aquello porque si no, terminaría mimando a las dos, aunque sabia que no debía de hacerlo. – Si fuera por mí, creo que estaría criando a dos perras mimadas y es que luego no puedo decir que no cuando me miran con esos ojitos para convencerme, que claro en casa mi madre me decía que eran cosas que yo me inventaba, pero da igual – no despega su mirada de su cachorra que continuaba jugando con el animalito contrario.

– Prometo que lo del nombre no me vuelve a suceder, luego las personas piensan que es mala onda de mi parte, pero no es cierto intento ser lo más correcta posible – vuelve a sonreír y le mira, intenta ver la postura de ella para saber si había algo mas allá de sus palabras de lo que quería decir realmente y no encontraba ninguna postura en la que quisiera pelear o algo así. –No, no no – negó repetidas veces con la cabeza –No lo digo en mal plan, solo porque se que pasas tiempo con ellos, si no es Keegan es Baltasar o Logan, no quiero que pienses que estoy celando a Baltho, no claro que no porque se que el no haría algo para incomodarme a mí y no es ese tipo de persona, disculpa si parecía que estaba diciendo algo como eso, solo porque pensaba que probablemente nos íbamos a ver más seguido por Lambda – se rió un poco nerviosa porque de verdad que ella no pretendía hacer aquello.

Espero un poco a que eso quedara un tanto claro y respiro tranquilo cuando fue así. Al ver su rostro cambiar se sintió mal al verla – Supongo que son cosas de la vida las que nos impide darnos cuenta de la belleza que hay en este mundo y que es solo para nosotros, tambien creo que lo que sea que te haya hecho evitar salir, ahora te hará hacer todo lo contrario y disfrutarlo de otra manera –

Jamás había sido de las personas que juzgaban a otras personas por simples y patéticos rumores. Incluso no solía juzgar a la gente de MU ni siquiera por su fraternidad. Durante toda mi vida solo me había dedicado a conocer a la gente antes de opinar o decir algo al respecto de ellos. Yo era una persona que necesitaba más hechos que palabras en mi vida diaria. Aunque, una de mis peleas con Balthasar había sido precisamente por no confiar del todo en lo que él me había dicho...

Pero con Anna no había sido la excepción. Desde que me enteré de ella, en ningún momento hablé mal o dije algo respecto a la Sigma. Simplemente había decidido mantenerme al margen de aquello y no generar odio. Era mujer antes de que nada, y feminista en segundo lugar. De modo que estaba bastante en desacuerdo con el hecho de que una mujer hablase mal de la otra libremente.

Escuché con atención sus anécdotas sin poder evitar esbozar una sonrisa con cada una de ellas. De repente, me quedé un poco pensativa al escucharla decir lo de su miedo a la sangre. Quizás si yo le hubiera tenido miedo a la sangre en aquel momento... las cosas habrían sido diferentes.

-Bueno, es que a veces el ruso es bastante duro en algunas cosas pero tu no debes de hacerle mucho caso, aunque se enoje- Le guiñé el ojo riendo de forma cómplice. A veces Bal me sacaba canas verdes.

-Descuida, te creo. Hay tanta gente en MU que a veces es difícil aprenderse los nombres de todos y no confundirlos. Yo todavía no me acostumbro a la cantidad de gente. Pero menos mal que tengo buena memoria- Le dije a la morena para luego reír.

Una vez que realicé la pregunta, pude notar en seguida que Anna se había puesto sumamente nerviosa con aquello, de forma que solo esperé a que terminara y coloqué mi mano en su hombro de manera amable. -Tranquila, solo pregunté porque no te conozco lo suficiente como para interpretar tus tonos y demás... Logan, Keegan y Balthasar son como mis hermanos. Podemos pelearnos más de una vez... Pero siempre estaremos uno para el otro- Le dije sonriendo para luego proseguir. -Así que realmente, espero verte más seguido por allí. Sinceramente. Así no estoy yo sola con la manada- Reí observándola.

Las palabras de la Sigma parecían ser muy honestas y me agradaron mucho. El único problema, era que yo hacía un tiempo que ya no veía al mundo tan bello como ella lo describía y no la culpaba. Baltho y Keegan eran los únicos Lambda que me habían acompañado en el momento en que pasó lo de mi madre y ambos eran muy respetuosos de lo ajeno. Sabía, desde luego, que ninguno de ellos le habría contado a Anna el asunto. -¿Quieres caminar un poco?-

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Le resultaba una chica bastante agradable, y estaba segura de que tenían muchas cosas en común, no solo las mascotas que ahora se miraba que se llevaban bastante bien y eso que recién se conocían. – Lo sé, tiene su carácter, pero no creas que lo dejo ser, también soy bastante testaruda, además nuestros problemas se deben a que ninguno quiere dar su brazo a torcer, somos demasiado controladores – y no habían sido problemas grandes, solo que a veces les costaba mucho eso, dejar que el otro llevara las riendas sobre algún asunto, pero también resultaba divertido ver quien cedería primero.

– La verdad es que lo adoro y me gusta mucho lo que tenemos, disfruto que cada día es completamente diferente al anterior y me parece realmente genial – dijo rápidamente y con una sonrisa creciente en sus labios, sin duda le gustaba mucho estar con el y eso era bastante obvio. –Pero de verdad, que tu nombre ya no lo olvidare, es una promesa, además que, si nos vemos seguido, será más fácil –continua en tono de broma, pues estaba segura que no olvidaría jamás el nombre.

Sintió alivio al saber que simplemente ella no se estaba tomando a mal la situación – y es por eso mismo que dije todo eso, la verdad es que no quiero tener malos rollos con nadie y esperaba que no se mal interpretara el asunto–asintió un par de veces con la cabeza –seguro nos toparemos en más de una ocasión. –

Se inclina para tomar a Goldie quien traía un bote de algo en el hocico, odiaba que la gente tirara basura así en la playa, en las calles, eso era muy molesto – uugh odio la gente que no tiene respeto por el mundo en el que vivimos – guarda aquella basura entre sus cosas para tirarla después – Claro que sí, caminemos un poco, me encanta hacerlo sobre todo en este sitio, poca gente viene y menos a esta hora – le sonríe y comienza a dar unos cuantos pasos –Supongo que eso que no te deja ser libre, te quita el sueño ¿no? –

Reí al escuchar las palabras de la morena respecto a que ambos eran bastante testarudos y sonreí observándola. -Yo también lo soy... lo de testaruda digo, por eso a veces logro sacarle canas verdes a él. Pero otras veces ninguno sede y nos enfadamos- Suspiré negando. -Así que no le hago caso a veces y ya, aunque se moleste- Reí observando a Anna.

Apreciaba mucho a Bal. Desde que mamá había muerto el ruso había sido como un hermano para mi. Él, Thomas y casi todo Lambda se habían convertido en una familia hermosa para mi. Me alegraba escuchar a la Sigma hablar cosas tan bonitas respecto a mi Kónev preferido. En su expresión podía ver que sus sentimientos y sus palabras eran realmente sinceros/as. -¿Sabes? Me alegra mucho que él te tenga en su vida. Tu eres... una excelente mujer y se nota que en verdad lo quieres. Mientras que lo sigas haciendo feliz y no lo lastimes, creo que nos llevaremos bien- Le dije riendo sutil.

Me alegraba poder hablar tantas cosas con Anna y que ella no se tomara a mal mis acciones o palabras. Era de esas chicas que transmitían un aura bastante agradable y que realmente se hacía sentir y se contagiaba. Mi aura en cambio, no había sido la misma desde hacía ya un buen tiempo. -Créeme cuando digo que me encantará toparme más a menudo contigo- Le dije guiñando una vez más mi ojo y observé como le quitaba basura a su perra frunciendo el ceño y negando para luego tomar a Bella y comenzar a caminar. -Yo también odio que tiren basura...- Comenté antes de proseguir a responder la última pregunta que ella me había realizado. -La verdad es que hace ya bastante tiempo que no duermo bien... Los... medicamentos que estoy tomando me hacen tener bastante sueño pero a la noche ese sueño se va y me deja sola con mis pensamientos- Le dije observándola. -Supongo que los chicos no te habrán contado mucho de mi o mi historia reciente... Pero este es un buen lugar con un buen clima para contarte...- Finalicé sin dejar de caminar.

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No podía dejar de observarle con una sonrisa llena de ternura, había algo en la Fiji que sentía esa sensación de querer proteger, tal vez porque ella era mucho mas grande y mas vivida y podía ver en sus ojos un cierto halo de inocencia, obviamente no hacía mención nada de aquello porque a veces ese tipo de detalles no eran bien recibidos por todo el mundo, así que solo se dedicaba a sonreír. – No te conozco mucho como para ayudarte a reafirmar ese dato, pero si tu lo consideras de esa manera, lo creeré –asiente un par de veces mas ante sus palabras, estaba prestando toda su atención. –No planeo llevarme mal con él, no te prometo que no voy a discutir con el porque no es algo posible, a veces es necesario y como es tan testarudo y cabezón casi tanto como yo, pues es obvio esos roces, pero hablando se entiende la gente, lo que sí, es que no pretendo lastimarlo, es alguien muy importante en mi vida – ese tipo de confesiones no las hacia a la ligera.

–Pues igual a mi y si en cualquier momento quieres hablar con alguien que no sea tu familia o tus amigos porque crees que no te van a entender y solo quieres que te escuchen, puedes hablarme y saber que puedes contar conmigo – extiende su mano para dejar una pequeña caricia sobre su mejilla. Sentía que conforme hablaba con Megan, había más detalle en común, como aquella simple acción desde odiar que la gente tirara basura en la playa. Tenía planeada todo un sermón para aquello cuando cambiaron el tema drásticamente.

Acariciaba a Goldie mientras caminaban por la playa y volteo a verla, por el tono de su voz, sabia que no era un tema fácil de tratar –No, los chicos no hablan cosas que no sean de ellos y Baltho jamás me diría algo que es de otra persona y si no quieres hablarlo… esta bien –habla con rapidez, pero la escucharía si ella quería hablar.

Asentí riendo sutil ante el comentario de que Baltho era un cabezón y un testarudo, aunque para ser honestos, yo no era tan diferente a él. Quizás por eso nuestra relación había sido tan intensa desde el principio. Me hizo muy feliz escuchar aquellas últimas palabras de la Sigma. Estaba muy segura de que iba a cuidar bien del lobo y él de ella. -Tienes razón. A veces lo difícil es no hablar y sin embargo muchas de las peleas que provocamos los humanos son por no hablar o expresarnos mal. Quizás todos deberíamos aplicar tu pensamiento- Dije con una sonrisa sincera.

"Familia". Al escuchar aquella palabra provenir de la boca de la morena, mi corazón dio un pequeño vuelco. Si bien sabía que los dragones e incluso mi hermana gemela eran mi familia, yo ahora era huérfana. Desde hacía un mes para ser exacta, era huérfana. Las intenciones de Anna habían sido muy lindas y desde luego que ella no había querido herirme. Pero aún no terminaba de hacerme a la idea de que ya no tenía padres. Mis ojos se cristalizaron un poco, pero me contuve en cuanto sentí el tacto de su mano en mi mejilla. -Gracias Anna. Eres muy linda. Lamento que no empezáramos bien nuestra relación pero que bueno que ahora podamos llevarnos bien y pues...ser... amigas...- Dije un poco tímida ya que no sabía si ella sentía eso mismo.

Al parecer, Bella se dio cuenta de que estaba un poco triste porque en cuanto mis ojos se cristalizaron, corrió a darme saltos y besos. Reí sutil en cuanto la vi y tan solo le hice una caricia negando y continué caminando al lado de la Sigma y su mascota. Suspiré un poco observando a mi compañera fijamente. -Pues si, ellos son muy reservados con respecto a temas ajenos y eso está muy bien...- Antes de proseguir tomé un poco de agua de la botella que tenía en mi bolso y luego continué. -Bueno... Realmente no sé como suavizar esto porque es feo por donde se lo mire pero resulta que hace exactamente un mes, hoy, mi madre murió...- Era completamente cierto, no había manera de suavizar aquello por mucho que intentara hacerlo.

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– Claro, pero mucho es por culpa de la intención que nosotros mismos le damos y en esas ocasiones, no siempre la intención con la que se dice algo es bien captada – y sobre todo hoy en día cuando el mundo se la vivía en las redes sociales y escribías y no podías captar si era sarcasmo, broma o un comentario equis y nos lo tomábamos de manera personal y todo se volvía muy intenso y un caos. Detestaba eso.

–Yo no creo que empezáramos mal, para ser sincera y no quiero sonar grosera ni nada, pero no tomó en cuenta ese tipo de situaciones o emociones de la primera vez, porque no son verdaderas, siempre hay que dar la oportunidad de conocer a alguien antes de decidir si te agrada o no – dice con gran seguridad y con su sonrisa bien puesta en sus labios. Anna se sentía un poco incómoda hablando de Balthasar o su familia cuando eran bastante reservados y obviamente no tenia mucho trato con sus hermanos, ella no se metía porque sentía que aún no era el momento, respetaba y solo esperaría el momento de conocerlos.

– ¡Lo siento muchísimo Megan! –Se sintió realmente apenada por la situación, extendió su mano para tocar su hombro y no tenia que decir más que aquello pues la morena estaba segura de que una acción como aquella podía decir mucho más que las palabras. –Pues creo que puede ser un buen momento y un gran sitio para hablar con ella, bueno no se si crees en alguna religión o en el más allá, pero estoy segura que ella te escucha y te cuida a cada momento –

Los pensamientos de Anna eran muy similares a los míos y me agradaba el hecho de que ella no tuviera problema en expresarlos. Últimamente había visto tantos líos por nada en las redes sociales producidos por no hablar las cosas como correspondía, es decir, en la cara, mirando a la otra persona a los ojos. Las redes sociales y los emoticones jamás podrían reemplazar las verdaderas palabras y los verdaderos sentimientos.

-Pues no eres grosera para nada. Quizás muchos deberíamos aplicar ese pensamiento. Yo misma he juzgado a algunas personas sin siquiera conocerlas realmente. Luego me he terminado arrepintiendo-- Hice una leve mueca al recordar como había tratado a Deirdree en un principio. Ni siquiera conocía a la Sigma y la había juzgado solo por un pleito que no era mío, sino de Thomas.

Desde la muerte de mi madre, había visto mil reacciones diferentes hacia mi. Las que más odiaba, eran las expresiones de "lástima" o "pena". No me gustaba en lo absoluto ya que yo siempre había pensado que era terrible sentir "lástima" por alguien. Sin embargo, cuando se lo conté a la Sigma, por dentro sentí un poco de alivio y una risa interna. Ella tuvo solo un gesto, posó su mano en mi hombro y con eso parecía que todo estaría bien. Quizás era lo único que necesitaba en aquel momento. -Si, soy creyente de Dios pero más allá de mis creencias, sé que ella siempre estará conmigo- Sonreí apenas un poco, sabía que eso era así. -En fin, el punto es que estuve un buen tiempo deprimida y hace muy poco que salí del hospital, pues tuve un intento de suicidio. Pero de lo malo siempre se ve lo bueno y si algo tengo que agradecer es que Keegan y Balthasar, aparte de otras personas, nunca me dejaron sola- Finalicé sonriendo. Era en momentos como aquel donde los verdaderos amigos se veían.

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No gesticulo nada ante las confesiones de la chica, sabía que eso también se podía mal interpretar y distorsionar, pero en aquel momento en el que estaban solamente ellas y sus cachorros que parecían estar más que tranquilas en aquel momento. Pero aquella confesión no le hizo más que dejarse llevar por el sentimiento que había en ese momento y no pudo evitar girarse para darle un fuerte abrazo a Megan. No tenía idea de cómo es que tomaría aquella acción por parte de ella y es que el lado protector de la morena no pudo contenerse más.

Se apartó lentamente de aquel abrazo en silencio que duro lo que Megan quiso–Me disculpo por esta reacción simplemente…. Pensé en mi en este momento y quise sentirme que te protegía, lamento si te hace sentir incómoda –apartó sus propios cabellos de su rostro y dedicó una sonrisa para después hacer una pequeña confesión al respecto. –Sé cuán difícil es decir algo como eso, aceptarlo y decir, intente hacer algo así, es muy valiente el compartirlo con alguien con quien no tienes una amistad –relame sus propios labios – – hace unos años, una de mis mejores amigas lo intentosimplemente el recordarlo le hizo sentir mal, por lo que comenzó a caminar y esperando que Goldie, Megan y su cachorra hicieran lo mismo.

–tienes una segunda oportunidad de vivir – responde mirándola de lado –simplemente vive – volteo y le regaló una sonrisa un tanto tierna.