Comisario Weedy // Megan Decland

Absolutamente todo se había vuelto un descontrol desde la llegada de Steven a la fraternidad.

Todos reían, varios fumaban aquella famosa hierba que yo nunca había probado y otros tantos nos limitábamos a beber.

Había bebido bastante aquella noche. No tenía ni idea de en qué condiciones iríamos a las olimpiadas al día siguiente. Después de todo, la mayoría estábamos en aquella curiosa y peculiar fiesta.

Ya estaba un poco ebria en cuanto vi que Kaiyong se había ido a la sala. Entonces decidí seguirlo con mi trago en mano y un porro que le había aceptado a alguno de mis compañeros de fraternidad.

Llegué hasta donde Kai se encontraba un poco tambaleante y me senté a su lado sonriendo.-Ho...la cielo- Dije sonriendo torpemente. -Así...que... ¿tu sabes como se fuma esta cosa?- Pregunté de forma verdaderamente inocente.

El porro... Sabía a qué olía, sabía que era y aún así jamás me había llamado la atención probarlo hasta aquella noche.

Miro lo mas fijo que puedo la pantalla enorme de la habitación, algunos de los presentes estaban jugando Mortal Kombat o eso creo que es, creo reconocer al gran Scorpion pero... ¿esta peleando contra Batman? No... en definitiva estoy algo mas pasado de lo que creía. De la nada, o eso siento, escucho una voz cercana y al girar mi cabeza sonrío, encontrandome con una de las hermanas gemelas, Megan, esa chica tan divertida. Holaaaaaaa Megs digo en un tono pausado y casi cantadito. Bajo la mirada con curiosidad y al encontrarme con un porro me sale la carcajada limpia. ¡Claro que lo sé Megs!... ¡y ya te llevo un porro de ventaja eh! digo divertido antes de ponerme serio. ¿Quieres... probarlo? pregunto con mis ojos ya de por si entrecerrados aún más.

Reí por alguna razón que no comprendía al escuchar el saludo de Kaiyong. El alcohol ya me había hecho más que efecto, eso era claro. No quería ni saber como terminaría aquella noche si al alcohol, encima, le sumaba hierba.

"Eres joven, aprovecha probar ahora que puedes", era lo único que me repetía a mi misma para convencerme de que las cosas que hacían no estaban mal y que "todo el mundo" las hacía.

Reí a la par de él sin poder evitarlo. La risa del asiático era bastante contagiosa y dado mi estado, era aún más contagiosa.

Sonreí divertida cuando Kai hizo aquella pregunta. Lo observé intentando ponerme seria también. -Si quiero, además te debo alcanzar- Respondí manteniendo mi seriedad, hasta que no pude más y volví a reír.

Lo primero que hice fue dejar el trago en la mesa y observar fijo a Kaiyong, como si en aquel momento él fuera el maestro y yo una simple alumna. -Ok, dime entonces-

Las risas ya son una constante a nuestro alrededor, con tantas cosas circulando ahora si en la casa de Fi Ji Fi, algo que no sé si antes de que yo llegara había pasado, pero ahora los presentes están mínimo ebrios. Ante la confirmación directa de Megan sobre querer probar la marihuana por primera vez le doy un largo trago a mi cerveza, hasta acabármela. Dejando los modales de lado eructo y después la miro riendo. Ups susurro y tomo el porro de su mano.

Bien... lo primero... ¿ya has fumado alguna vez tabaco? pregunto muy curioso. Si sí será mas sencillo, si no... debes tener mente abierta y paciencia, y respirar como yo te diga o te dará una tos horrible digo muy en mi papel de experto, y es que pase casi 1 año consumiendo asiduamente. Busco a mi alrededor y miro un encendedor en el piso, al lado de un paquete de papitas fritas de McDonald's. Regreso al sofá y examino el porro. Lo primero es tener un encendedor y elegir uno de los lados del porro, además de asegurarte de que este bien apretado digo todo sabiondo, haciendo lo propio. Y lo segundo es lo más rápido... encenderlo. Debes dar una calada profunda pero lenta, hasta asegurarte de que esta encendido. Lo tomo con mis labios por uno de los lados y acerco la flama del encendedor al otro extremo, dando una calada lenta y constante, hasta que me aseguro de que esta bien encendido. Aguando el aire unos segundos, alejando el porro de mis labios, y al soltar el humo la miro. Tu turno susurro con la voz mas gruesa.

Aquella noche, FJF se había vuelto completamente desconocida para mi. Es que, si bien no llevaba mucho tiempo en la fraternidad, era sabido que los dragones no eran de hacer este tipo de cosas. O no muy seguido que yo supiera.

Reí una vez más al oír el eructo de Kai, ésta vez añadiendo palmas por motivos que aún no comprendía.

Cuando el dragón se dispuso a enseñarme a fumar aquella hierba especial, lo observé muy atentamente, prestando atención a todo lo que hacía para luego repetirlo, aunque claro era la máxima atención que podía llegar a tener una persona como yo, de por si dispersa, estando bastante pasada de copas.

Negué lentamente ante su primera pregunta. -No, yo jam....jamás he fumado... Jamás....Jamón- Dije riendo aunque rápidamente recuperé mi atención cuando el asiático comenzó a explicarme el procedimiento. Una vez que finalizó con el mismo cediéndome el turno, me dispuse a tomar cuidadosamente el porro con entre mis dedos pulgar e índice.

Lo posé suavemente entre mis labios dándole una calada e intentando mantener el aire, como tu lo hiciste, aunque sin mucho éxito. Lo saqué rápidamente de entre mis labios cuando comencé a toser mientras reía a la vez. -B...buen...pr...primer intento- Dije riendo mientras intentaba controlar la tos.

¿Fue un eructo de 10 perfecto señorita jueza? pregunto todo animado luego de escuchar sus aplausos, algo que en mis 5 sentidos difícilmente haría.

Desde mi muy ebrio punto de vista noto que sí me puso atención en la explicación, pero de igual forma me encargo de tener cerca una cerveza para ella. Y lo que supuse que pasaría pasa, ella no tiene una muy buena primera calada, normal si jamás ha fumado, por lo que en cuanto empieza a toser le quito el porro y le paso una cerveza, palmeando su espalda entre risas mías también. Bueno por lo menos no te tragaste el humo... a mi me paso eso la primera vez digo riendo, antes de dar otra calada y aguantar varios segundos el aire. ¿Quieres intentarlo de nuevo? pregunto con una sonrisa medio boba ya por el efecto del porro entero que le llevo de diferencia.

-Más o menos... le doy un 8.5- Respondo riendo haciendo el gesto de "más o menos" con mi mano izquierda.

El primer intento de fumar había sido bastante penoso para mi y bastante entretenido para mi único espectador. Probablemente si Ronnie estuviese allí, también se hubiera muerto de risa. Ella me llevaba ventaja con respecto a temas de alcohol y marihuana. Temas que yo había empezado a explorar hacía nada de tiempo.

Intenté dejar de toser mientras mis ojos lloraban. Recibí la cerveza que Kaiyong me tendía y bebí de ella mientras sentía sus palmadas en mi espalda. Una vez que la tos cedió, observé fijo a mi acompañante y reí. -Entonces...es normal- Dije riendo y luego asentí ante su pregunta. -Si...yo no me rindo- Intenté sonar seria pero no podía. Tomé el porro nuevamente entre mis manos y me concentré, dándole otra calada. Aguanto el aire unos segundos y largo el humo bastante orgullosa. Tosí un poco al final, pero nada comparado a mi intento fallido. -Siii....lo hice- Reí mientras caía lentamente de costado en el sillón casi sin darme cuenta. Quedé recostada en el mismo apoyando la cabeza en las piernas de Kai. -Esto se siente súper....-

Enfoco mi vista en sus ojos al recibir su veredicto Mmmmm, pero qué exigente es usted señorita, creo que me tendré que esforzar para llegar al 10 perfecto digo con la voz bastante atropellada por el alcohol, pero aún se me entiende.

Me hace demasiada gracia el como ella no quiere rendirse y quiere aprender a fumar marihuana, algo que mi yo en 5 sentidos tal vez no fomentaría al 100% pero al estar en plena fiesta y con alcohol y la propia marihuana ya en mi sistema desde hace un buen rato estoy dispuesto a enseñarle lo mejor posible ¡Esa es la actitud Megs! digo entre risas, mirando muy atento cuando ella misma toma el porro. ¡Bien hecho! digo aplaudiendo más feliz y entusiasmado al verla lograrlo. Me acomodo de nuevo en el sillón, dejando que se recueste en mis piernas. Le doy un trago a su cerveza, o mas bien la cerveza que compartiremos. Acaricio su cabello y río. Espera un rato y sentirás mas efecto digo sonriente ¿Quieres mas cerveza?

Observé fijo a Kaiyong una vez que respondió mi devolución y reí. -Si, que soy bastante exigente- Le dije con la voz entrecortada, bajo los efectos del alcohol.

Una vez que el dragón me animó para volver a intentar, sonreí y enseguida fue cuando lo logré.
El aplauso de, mi ahora, "maestro" me animó bastante y no pude evitar reír entre festejos por mi pequeño logro de no ahogarme con el humo.

Me sentía muy cómoda acostada allí en sus piernas. De repente, todo era situación de risa y felicidad. Todo a mi alrededor se volvía lento y solo me encontraba yo, ahí, riendo y bueno... Kaiyong obviamente a mi lado. Por primera vez desde que me enteré de la enfermedad de mi madre, no había pensado en ello ni en absolutamente nada. Amé esa sensación.

-Eso espero.... se siente... muy bien todo- Dije entre risas bobas sintiendo sus caricias que a decir verdad, me relajaban bastante. -Me gustan tus caricias...- Proseguí riendo y luego me levanté apenas un poco mientras asentía a su pregunta. -Si, me gustaría un poco- Agarré el vaso lento y bebí un trago bastante largo de cerveza. Al terminar, volví a entregarle el vaso a Kai y me volví a recostar en sus piernas. -Espero no te moleste...pero eres cómodo y... me gustan tus caricias-Repetí sin dejar de reír.

Y de la nada llega la risa fácil y boba en un ataque luego de confirmarme su faceta de jueza muy exigente. Ambos estamos ya bastante perjudicados por el alcohol.

La situación física es muy cómoda y también la mental. Al estar bajo el influjo de la marihuana y del alcohol las cosas dejan de importar del todo. Según dicen cada quien lo vive a su modo. Yo soy mas de que todo es suave y el estrés se disuelve digo lento, recordando como esto me mantuvo de cierta manera cuerdo durante mi vida de Idol aunque después... todo cambio. Río bobo y sigo jugando con su cabello hasta que se levanta y bebe, pero eso para mi paso en cosa de segundos y cuando me di cuenta de nuevo tenía la lata en la mano y su cabeza sobre mis piernas Me gustan tus chinitos largos digo en un susurro como si fuera un gran secreto.

Estaba sumamente relajada con mi cabeza apoyada en sus piernas y no podía dejar de reír por todo y a la vez por nada.

Asentí de manera muy lenta, o al menos eso me pareció a mi. -Tienes...razón... Aunque creo que en este momento el que me quita el estrés eres tu...en parte...- Reí nuevamente observándolo y no sabía si era el alcohol, la hierba que teníamos encima ambos o qué. Pero de repente el ambiente empezó a volverse un poco más cálido para mi y Kaiyong a decir verdad me resultaba muy atractivo.

Me sonrojé al escuchar su halago acerca de mi cabello y sonreí. -Gracias- Me levanté un poco para sentarme, algo mareada. En ese momento mis ojos se encontraron con los de Kai y no pude evitar sonreír. -Tienes...muy bonitos...ojos- Susurré entre alguna que otra risa, sin quitar mis ojos de los suyos y luego bajando mi vista hacia a sus labios mientras que, sin notarlo, me acercaba más a él.

A pesar de que todo va como lento la escucho perfecto y no puedo evitar sonreír bobo y algo confundido con su especie de confesión. ¿Mmmmm... osea te relajo pero te estreso también, o no estoy entendiendo del todo bien? pregunto antes de darle un gran trago a la lata de cerveza en mi mano.

La miro a los ojos, aunque enfocarlos me cuesta un poco, y sonrío dejando la cerveza a un lado. Pero... pero... son... rasgaditos digo con tono gracioso, como confesando un secreto. La miro que se me va acercando y el calor y la desinhibición del momento me lleva a no alejarme, al contrario, sonrío y la acerco mas a mi, con una mano en su cuello pero siendo suave hasta el momento, en el fondo dándole la opción de alejarse en cualquier momento. Tienes labios bonitos susurro mirándolos.

Reí sin poderlo evitar apenas escuché su pregunta. -N...No cielo... Yo decía que tu... en este momento me relajas, estar contigo digo...- Continué riendo y esperando que ésta vez el si comprendiera a lo que me refería. -Eres...eres como un porro pero real...- Dije sin parar de reír.

Observé como el asiático apartaba la cerveza y sonreí al escucharlo. -Si, lo se... Y me encantan así... rasgados..- Contesté de manera pausada. Sentí como Kai me comenzaba a acercar un poco más con una de sus manos y la verdad es que me hacía sentir muy cómoda la situación. Él me resultaba en verdad atractivo y probablemente el alcohol y la marihuana tuvieran un efecto muy positivo en aquella situación.

Me sonrojé al escucharlo decir aquello acerca de mis labios. -Pues... me agrada que mis labios te gusten... porque...tu... eres muy guapo y tus labios también me gustan...- Dije leve dirigiendo mi vista a sus labios a muy escasos centímetros de él.

Su risa me parece el sonido mas bonito en este momento, tan dulce y tan contagiosa que no puedo evitar reír con ella, más aún al escuchar esa comparación o mas bien analogía que hace de mi con un porro. Apenas es tu primer porro pero creo que ya entendí la idea central... y me agrada ser como un porro de carne y hueso para ti ¿Seré adictivo? pregunto entre jugando y entre pensativo.

Los rasgos asiáticos parecen ser muy bien acogidos ahora y eso me agrada y me conviene, como en este momento donde estoy a punto de besar esos labios gruesos que no mentiré, se me antojan bastante. ¿Oh si? ¿qué tanto te gustan mis labios? porque creo que deberías probarlos para convencerte susurro ya acercándome por completo, primero rosando sus labios y después la beso algo pausado, quizás por el efecto relajante de la marihuana o simplemente porque lo estoy disfrutando demasiado.

Hacía mucho tiempo, más bien demasiado tiempo, que no había tenido una conversación de ese estilo con nadie. De por si, jamás había fumado un porro, así que eso lo hacía más inusual. Eso y el hecho de que yo no solía hablar así con un chico nunca.

Si bien mis amistades solían ser puros hombres desde que era pequeña, no me consideraba una chica "coqueta" o si quiera "bonita". Probablemente si no hubiese estado fumada o ebria en ese instante, jamás hubiera tenido una conversación de ese estilo y mucho menos con un compañero de fraternidad.

Sonreí y noté mis mejillas un poco más acaloradas de lo que ya se encontraban por el alcohol.... El asiático tenía el poder para hacerme sonrojar y por lo visto no sería la primera ni la última vez que lograría enrojecer mis mejillas.

Observé sus labios fijamente y cuando finalmente nuestros labios se rozaron, simplemente correspondí el beso dejándome llevar, sin importarme absolutamente nada. Si nos veían o no, si estaba bien o estaba mal, ya nada de eso importaba. Solo estaba disfrutando sus hermosos labios y entonces mis brazos lentamente rodearon su cuello. No quería separarme del dragón.

Mordí suavemente su labio inferior y sonreí entre besos. -Oye...creo que si serás un poco adictivo... Y me estás convenciendo bastante...- Murmuré en los labios de Kaiyong sin dejar de besarlo lentamente.

No soy un hombre que vaya por el mundo besando a las personas, por más coqueto que según dicen que soy. Menos aún si no estoy en mis 5 sentidos, pero algo pasa al tener a Megan frente a mi. Quizás el porro si tenga algo que ver en la ecuación pero no creo que sea tanto su efecto pues mil veces he fumado antes y no termino besándome con alguien, esta vez es diferente.

En cuanto sus brazos rodean mi cuello los míos automáticamente rodean su cintura y la acerco a mi cuerpo semidesnudo sin dudarlo, dejando que el calor del momento gobierne mis movimientos conservando apenas un ápice de cordura, pendiente a lo que ella hace, dejando que siempre sea ella la que lleve el ritmo y el camino Entonces seré tu marihuana predilecta Megs susurro sobre sus labios, atrapando el inferior con mis dientes antes de comer ligeramente mis manos hacia abajo Puedes detenerme en cualquier momento susurro y la beso de nuevo, apasionado.

Honestamente, no tenía idea de en qué momento aquel cálido y tierno beso con Kai, se había convertido en un beso tan pasional y sensual. Si bien aquella situación resultaba ser algo muy inusual para mi, ya que no solía realizar este tipo de cosas con nadie, no quería que terminara. No sabía explicar por qué, pero en ese momento, no quería que Kaiyong se apartara de mi lado, o apartara sus labios de los míos.

De repente, pude sentir el suave tacto de las manos del asiático sobre mi cintura. Sonreí sobre sus labios, sin dejar de besarlo al escuchar lo que dijo. -Pues... No creo que me moleste en lo absoluto que seas mi marihuana, Kai- Susurré en tono sugerente dando una pequeña lamida a su labio inferior. - No creo que quiera parar justo ahora ¿sabes?- Le dije al dragón en un tono sensual y en cuanto me volvió a besar, nuevamente lo correspondí, pero esta vez con mucha más intensidad.

Bajé uno de mis brazos lentamente por todo su cuerpo, hasta llegar a su abdomen. -Quizás... Deberíamos ir a un lugar... ya sabes más...- Hice una leve pausa mientras lo seguía besando, esperando que él completara esa oración.

Hay algo que siempre me ha gustado cuando beso a alguien, y eso es sentir como sonríe sin dejar el beso de lado sino haciendo una mezcla que llena mi corazón de felicidad. Sé muy bien que la sonrisa que me provoca lo que ella dice es de esas que son bobs y flojas pero no por eso menos sinceras. Hablar de drogas de esta manera tan diferente y figurativa es divertido y le sigo la broma ¿Eso quiere decir que no buscarías una rehabilitación? pregunto con una sonrisita que se acompaña de gemido bajito al sentir su lengua en mi labio, eso me prende mucho. ¿No? Me alegro de eso porque yo tampoco quiero, besas muy rico Megan susurro antes de volver a besarla, acariciando su cintura, sintiendo que el ambiente se va calentando más y más. Me toma un poco por sorpresa que ella misma de pie a seguir esto quizás en un sitio más íntimo y una parte de mi sentido común se asoma entre la nube de alcohol y marihuana y me separo suave de sus labios ¿Íntimo? ¿Quieres acompañarme a ponerme mi disfraz de Woody? digo entre besos, usando el disfraz como una simple excusa para irnos a mi habitación.