A trip with the Gengs // Megan Decland

Nunca había realizado un viaje tan largo. Mis viajes solían ser desde Miami a París y a la inversa. Aquel había sido un largo viaje de 18 horas, pero no podía quejarme. Yo amaba viajar en avión, esa sensación de estar en las nubes, de estar por encima de todo, era la más hermosa del mundo.

Además de que me gustaba viajar en avión, no la había pasado para nada mal, ya que mi compañero de asiento me hacía reír mucho. Entre películas, apuestas y la compañía de nuestros pequeños y de la familia de Kai, el viaje se me había hecho un abrir y cerrar de ojos.

En cuanto quise ver, ya estábamos en tierra china. -Es hermoso Kai- Dije fascinada y completamente emocionada observando todo a mi alrededor con cuidado de no mover mucho a Bella, la cual ya quería salir.

-Vamos- Respondí una vez que el asiático advirtió a sus padres lo de la revisión y caminé con el mismo al lado. Cuando llegamos, observo al labrador con ternura y dejo suave la jaulita en el suelo mientras esperamos.

-De todo- Dije riendo pero había mucha verdad en aquella sencilla frase. -Pues... quisiera saber cómo es tu vida aquí, además de conocer la comida... Podríamos desayunar y hacer algo con tus amigos si te parece- Sugerí sonriendo. En ese momento, me di cuenta de que estábamos solos Kaiyong y yo por primera vez desde hacía horas y casi sin pensarlo, me acerqué lentamente. Lo observé fijo a los ojos y le di un beso en los labios suavemente.

Reí un poco, de forma sutil y a su vez asentía ante lo que Kai me comentaba. Era cierto, ni siquiera había visto las calles y ya estaba sumamente entusiasmada con tan solo ver el aeropuerto. -De verdad es que me muero de ganas ya de saber lo que hay allí afuera. No me puedo creer que esté del otro lado del mundo... Y contigo- Dije sonriendo observando al dragón.

Escuché con atención lo que él me comentaba respecto a su familia y su vida allí, en Hong Kong, o de manera más precisa, en Lantau. Sonreí al notar como comentaba de manera tímida lo de su "humilde" estilo de vida y solo acaricié su mejilla suave. -Me gustan las cosas así, humildes, así me he criado yo también... Sabes que no vengo de una familia con mucha fortuna- Dije sonriendo recordando mi vida con mamá y papá. De hecho, el viaje que estaba realizando en aquel momento, podría ser considerado como un pequeño lujo para mi, cosa que no le había comentado a Kaiyong por vergüenza. -Mmm... de solo nombrarme el almuerzo, ya me suena la tripita- Le dije a mi acompañante riendo antes de besar al mismo en los labios.

Me pegué un poco más en cuanto sentí al FJF poner su mano en mi cintura y sonreí al ver como mi beso era correspondido. Observé al asiático a los ojos un poco ruborizada y alcé mis hombros. -Supongo que en realidad era eso lo primero que quería hacer- Susurro bajo y una vez que terminan con el labrador, levanto suave la jaula de Bella y la saco de la misma para que puedan revisarla. Me coloco a su lado intentando calmarla. Se encontraba bastante inquieta ya. -Ya, tranquila bebé. Solo será un segundo- Le dije a mi pequeña mientras observaba a Kai.

Me fascinaba ver a Kai sonrojado y más aún cuando sabía que el motivo era yo. Yo o mis palabras. Negué cuando dijo que él era lo menos interesante de todo. -Muero de ganas de ver y conocer tus raíces pero... eso no quita que me encante vivir esto contigo- Guiñé mi ojo sonriendo.

Una vez más, hice un gesto de negación con mi cabeza y coloque mi dedo índice en sus labios. -Shhh, no digas eso o tendré que darte más besos para que te calles cielo...- Reí al finalizar esta oración y luego proseguí. -Sigo sin saber el por qué de mi apodo dragón aunque me agrada mucho la verdad, pero amo lo sencillo, lo urbano y el aire libre- Agrego riendo sutil y me detengo a pensar la pregunta por un momento. -No lo se, algo me dice que debo probar la comida de tus abuelos así que le haré caso a esa corazonada y diré casa Geng- Digo muy conforme con mi respuesta y segura de la misma también.

Me sonrojé un poco cuando Kai me hizo saber que mi elección había sido muy buena. Pero antes de poder agregar algo, ya había tenido que poner a Bella en el suelo para que la revisaran. Una vez que terminaron y se aseguraron que todo estuviera en orden, el próximo fue Pat.

Observé con cariño como Kaiyong lo abrazaba para que no se asustara. -Vamos Pat, no será nada- Le dije al can acariciando suave al mismo para luego volver a poner mi atención en Bella. -Muy bien, nena-

Noté como su sonrojo había aumentado y no pude evitar sonreír, me hacía bien verlo así. -No tienes por qué agradecer cielo, menos por algo que es cierto- Dije de manera amable.

Reí al sentir el beso de Kai en mi dedo y me acerqué un poco más a él para darle un suave beso en los labios ésta vez. -Entonces tendré que besarte más seguido, nene- Respondí sin dejar de sonreír. -Pues creo que de eso se trata la vida, ¿no? Apreciar lo sencillo y en especial a las personas que tenemos cerca. Por ejemplo, yo te tengo cerca a ti y eso me hace feliz- Dije algo sonrojada.

Observé a Pat y al ver que se pudo relajar, me quedé un poco más tranquila. No me gustaba que la pasara mal y se había comportado bastante bien en esta revisión. -Si cielo, anda vamos- Respondí notando su enorme ilusión y caminando a su lado junto a Bella y Patronus vislumbrando a la pequeña Aimée de lejos.

Una vez que llegamos junto a la familia de Kai, me dispuse a hablar con la pequeña- -Oye nena, ¿quieres tomarle la mano a Kai? Y Pat y Bella se portaron muy bien- Le dije a Aimée sonriendo.

Kaiyong me producía demasiada ternura y no podía creer como alguien como él, así de buena persona, guapo y simpático, aparte de friki, tuviera un autoestima tan bajo. Lo suficiente como para no creerse mis halagos al menos.

- Entonces tendré que cuidarme de la pequeña- Susurré en sus labios sonriendo de forma sutil. - Pues a mí también me agrada poder conocerte casa vez mejor y cada cosa que conozco de ti... Me agrada, mucho- Le respondí de forma honesta ya que así era. Cada cosa nueva que aprendía del asiático, me hacía enloquecer aún más de lo que posiblemente ya estaba por él.

Una vez que nos reunimos con la pequeña Aimée, le devolví el guiñe a Kai sonriendo. Había entendido todo con ese simple gesto de su parte. Luego nos reencontramos con los padres de mi compañero viajero y comenzamos a debatir cuál sería la siguiente parada.

Al finalizar aquel pequeño debate, el próximo paso era conseguir movilidad, por lo que me dispuse a ayudar en lo que fuera necesario.

Reí sutil negando. -No te preocupes, ella es dulce y si tu fueras mi hermano, también te cuidaría como ella lo hace- Sonreí. Yo no tenía hermanos y hasta antes de que Ronnie llegara a mi vida, Thomas era lo más cercano a un hermano que tenía. Pensar en Tommy me hizo sonreír, ya que al igual que Aimée, yo había sido muy celosa con él desde que éramos niños. -Descuida, estoy segura que será así todo el viaje- Respondí con certeza. No sabía por qué, pero simplemente Kai me transmitía esa seguridad.

Una vez que guardamos todo el equipaje en el taxi, me subí en la parte trasera del mismo, junto con toda la familia de Kai, exceptuando su padre. Negué ante su pregunta para luego responder la misma. -No, claro que no. Aunque si hablamos del medio de transporte que más me gusta, debo decir que el avión. En segundo lugar, los barcos- Le guiñé un ojo mientras observaba a la pequeña hablar con su madre. -¿Y a ti? ¿Te gustan los barcos o los aviones?- Pregunté por simple curiosidad.