Marco J. Padalecki

Felix H. Xiao escribió:
 

Killing Strangers

 
 
Aquella tarde había llegado cansado y solo quería dormir. No escuchar a nadie y obviamente tampoco dirigirle la palabra a cualquier persona que se le acercara, solo deseaba descansar pero eso no se pudo puesto que su amigo marco a su móvil mas de cinco veces después de que Félix lo ignorara. Al tercer tono de la sexta llamada tuvo que contestar.
 
—Mas vale que valga la pena.
 
 
Dijo sin mas mientras escuchaba a Marco agitado ¿Ahora que rayos se traía? Suspiro un poco tratando de tranquilizarse, sabia lo que signficaba aquello. Una pelea. Félix pidió la ubicación de su amigo y en menos de un minutos se mantenía fuera de aquel lugar en dirección a donde había una pelea. Todo era relativamente común. Siempre su buen amigo le llamaba cuando había un problema de faldas, de alcohol o de sustancias ilegales. Sabia que no ganarían pero al menos los demás no se irían limpios.
 
 
Al llegar aquel lugar observo absolutamente todo, miro con cautela a los enfermos que parecían estar alcoholizados y echando pestes por su floral vocabulario mientras su amigo junto con sus compañeros se mantenían al tanto de cualquier movimiento.
  
Todo paso demasiado rápido. Los hombres maduros con chaquetas de cuero color negras encendieron sus mentes de enojo y empezaron acercarse con violencia a los jóvenes que a decir verdad tenían un buen físico para soportar cualquier golpe de un par de ancianos.  Ni siquiera se limitaron a pensar en la edad de aquellos motociclistas solo pensaron en defenderse a capa y a espada, como cualquier persona lo haría.
 
Empezó la pelea que era totalmente innecesaria, Félix iría solamente a recoger a su amigo pero tal parece que definitivamente participaría en la pelea afuera de un bar de mala muerte. Uno de aquellos hombres altos de barba blanca y cara de bull dog se acerco a Felix ofendiéndole por ser un simple asiático, en realidad estaba acostumbrado a escuchar comentarios racistas ¿Qué mas daba? Con él podían meterse todo lo que quisieran pero no con sus amigos ni familia.
 
Un golpe salió rápidamente del puño del hombre maduro mientras que Felix lo esquivaba haciéndose aun lado y dando un golpe fuerte en el costado derecho del contrario, tenia que usar su altura y peso en su contra por lo cual un golpe en esa área le haría estremecer y encogerse de dolor. Al momento de que hizo aquello, su nivel estaba un tanto mas bajo que el del chino por lo cual decidió dar un rodillazo en el rostro haciéndole sangrar. Segundos luego apareció otro hombre lanzando puñetazos al aire en dirección a Félix por lo cual uno de esos le llego a su labio haciéndolo sangrar. Tomo al sujeto por los hombros y lo avento contra un carro dejándolo tirado por ahí.
 
Observó aquella escena donde participaba un montón de hombres maduros motociclistas peleando con un par de Jóvenes, al menos los hombres estaban ebrios y sus golpes era demasiado torpes para ser verdad. Bien podría tratarse de una película de pandillas donde los jóvenes jugaban sucio y los viejos les tomaban rencor.
 
Aquella situación era habitual en la vida de Félix, no le sorprendia pero tampoco le enorgullecía que solo le hablaran para defender  a un par de jóvenes de su misma edad que no podían defenderse. El Joven si que se llevo unos buenos golpes pero al menos los demás con los que se había enfrentado no se habían ido limpios de hecho aun seguían en el piso.
 
Felix se acerco a su amigo dejandose tirado por ahí con un poco de sangre en su labio, para luego mirar sus puños ensangrentados ¿Qué vida tenia? No le importaba en esos momentos, simplemente se estaba dando cuenta que ya no había retorno, esa era su vida y jamás podría hacerle cambiar de la noche a la mañana.
 

Marco 12hs,3275 NW 24th Street Rd, MIAMI FL.  

bettyleg

 

Felix H. Xiao escribió:
 

Killing Strangers

 
Sintió el empujo por su espalda y se dio la media vuelta empezando a golpear al sujeto, un golpe por aquí, un golpe por allá, solo se escuchaban los quejidos de todos. Nadie, absolutamente nadie se fue limpio y el que dijese lo contrario estaba mintiendo. Ambos quedaron tumbados mientras se recargaban en la pared observando como aquellos ancianos huian tras el sonido de las patrullas.

—Menudos, maricas.

Susurro Félix asi mismo para luego escuchar la carcajada de su hermano ¿Qué le ocurría? Fue inevitable reír levemente junto con el, no había duda de que eran el uno para el otro a peleas se refería, si no fuese por Felix seguramente todos los golpes hubieran sido para Marco.

Las patrullas fueron tras de aquellos motociclistas y Félix se levanto como pudo escupiendo saliva con sangre, aquel sabor fierroso lo sintió en su boca y no evito hacer un gesto aunque a decir verdad lo extrañaba. Se acerco a su amigo y le tendio la mano para poder ayudarlo a levantarse, tenían que largarse de ahí o seguro regresarían los policías a ver de que se habían perdido.

—Vamonos...

Esa fue la única palabra antes de empezar a caminar por las calles oscuras de Miami, por suerte ambos se sabían cuidar muy bien.  En cuanto llegaron a una plaza bastante oscura y escondida Félix detuvo sus pasos y se quito su chaqueta negra de cuero y la tiro por ahí. Se sentía triste, enojado y decepcionado por todo lo que le había pasado últimamente. Lo único que servia era desquitarse entre golpes con alguien que se supiera defender.

— Golpe y golpe, vamos. Necesito hacerlo.

No era como si fuese la primera vez que se agarrarían a golpes, quizá ya hubiera perdido la cuenta, lo único que quería era quitarse las ganas y el coraje que sentía adentro de el. Se arremango las mangas de la camisa negra e hizo tronar su cuello.
 

Marco 12hs,3275 NW 24th Street Rd, MIAMI FL.  

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